La familia Reina comienza a elaborar aceite en el siglo XIX de la mano de Francisco de Borja Noguez Muñoz, que el 1 de junio de 1876 inaugura una fábrica de su propiedad en la calle Ancha de Puente Genil vinculándose así a la secular tradición aceitera de la zona.
Un año más tarde su única hija, Francisca de Borja, se casa con Manuel Reina Montilla, abogado, poeta y tatarabuelo de los actuales fabricantes de AOVE EMPORIUM. Y tras el fallecimiento de su padre en 1879, Francisca hereda el molino de aceite donde se exprimían las aceitunas de sus fincas del Pago de Torrecillas. El mismo lugar donde hoy crecen y siguen produciendo aceite nuestros olivos, muy cerca de los yacimientos romanos de Fuente Álamo.
Posteriormente, el matrimonio se traslada a Madrid para que Manuel pueda continuar su carrera literaria y entrar en política. Quedando su hermano Emilio Reina Montilla y su padre al frente de los negocios familiares en Puente Genil: por aquel entonces, un lagar, una bodega y también un molino aceitero.
Emilio también funda en 1881 “La Nueva España”, una sociedad que aglutina a los grandes olivareros de la zona para elaborar aceite con las mejores garantías de fabricación al que se adhieren siete molinos. El más importante, el de la familia Reina.
Más tarde, en 1905, fallece Manuel Reina y sus hijos recogen el testigo de la industria aceitera familiar, que a partir de entonces pasa a llamarse “Hijos de Manuel Reina” y cuyo aceite recibe en 1910 el segundo premio en la Exposición Andaluza de Aceites de Oliva organizado por la Cámara de Comercio.
Al hilo de este galardón, los medios de comunicación de la época reseñan la calidad del aceite y el buen hacer de “Hijos de Manuel Reina”. Como la revista Ilustración Financiera o el Diario de Córdoba, donde se escribe que “los resultados obtenidos por el Sr. Reina con los aceites elaborados en su fábrica La Nueva España fueron verdaderamente sorprendentes”.
Asimismo, “Hijos de Manuel Reina” obtiene en los años posteriores numerosos premios y galardones por su extraordinario aceite, obtenido de aceitunas sanas, seleccionadas y lavadas que se muelen el mismo día de su recolección.
En la actualidad, el negocio familiar -convertido en industria de primer orden- está en manos de la familia Estrada Reina, que ha seguido ampliando la superficie olivarera con la adquisición de nuevas fincas. La última, TÍSCAR, ubicada en el paraje natural de la laguna de la que toma su nombre.
En 2005, la familia constituye “Aceites del Genil SAT” para elaborar aceite con la más moderna tecnología sin perder la tradición en los procesos de recolección y molturado de la aceituna para conseguir AOVE EMPORIUM, un aceite que acrisola el mimo y el cariño por la tierra de varias generaciones.
El molino construido por Francisco de Borja en 1876 estuvo activo hasta los años 60 del siglo pasado. Hoy, la misma familia sigue fabricando aceite de la máxima calidad al albur de los olivos centenarios de sus fincas en Puente Genil. Una tradición gastronómica, cultural y empresarial de casi dos siglos que ha convertido AOVE EMPORIUM en uno de los mejores aceites del mundo.